La piscina de los ahogados

La piscina de los ahogadosPRÓXIMO CLUB DE LECTURA DE NARRATIVA CRIMINAL del miércoles 18 de diciembre en Matisse, a las 8,15.

Nuestro próximo Club de lectura de narrativa criminal será el próximo miércoles 18 de diciembre, a las 8,15 de la tarde en la Sala Matisse (c/ Campoamor, 25) que sabéis tenemos reservada en exclusiva para nosotros. Tendremos película y una pequeña colación para celebrar el fin del año que se nos va, a discreción de lo que cada cual desee traer, así que se ruega puntualidad.
Nuestro autor a leer sigue siendo Ross Macdonald y la novela The Drowning Pool (1950): La piscina de los ahogados / La piscina mortal (adaptada al cine como The Drowning Pool (Con el agua al cuello), en 1975. Esta novela fue la siguiente que publicó después de la que leímos en nuestro último club: El blanco móvil, llevada al cine en 1966, por lo que aunque el actor Paul Newman interpreta a un Harper (alter ego de Archer) sólo un año más viejo, ya han pasado 9 años desde que protagonizó Harper, detective privado y será interesante comprobar si ha mejorado o no en la piel de Archer. Podéis encontrar la novela recién editada por RBA o buscar la versión de Martínez Roca de 1986 (tenéis enlaces de descarga al final de esta página en los archivos de Ross Macdonald).

A ninguno de nuestros contertulios se les escapó el evidente referente de Chandler y El sueño eterno que tanto novela como película tributan a sus respectivos antecedentes. Aunque el personaje de Macdonald se me antoja menos “duro” en el mal sentido de la palabra. Según el crítico francés Jean-Jacques Schleret, Archer «estaba inspirado directamente en Philip Marlowe (…), [pero] un Marlowe menos romántico, más real, más humano, más accesible a la piedad, palabra esta que se repite en aquellos libros». Un detective que se alejará de su modelo, Marlowe. Pero no ocurrirá todavía en La Piscina de los ahogados, habrá que esperar diez años, como nos recuerda el editor de Martínez Roca en 1986 citando las palabras del propio autor, cuando publica su novela The Doomsters (Los maléficos):

«En The Doomsters —confesó MacDonald—, dejé que mi detective Archer se criticara como un Tarzán mansamente interesado en una jungla mansamente paranoica. Esta novela marcó una ruptura neta con la tradición chandleriana, pues había necesitado varios años para digerirla y emanciparme de ella con el fin de poder desarrollar mi propio enfoque de los crímenes y de los sufrimientos de la vida… Aunque (Archer) sea un hombre de acción, sus actos y sus gestos estarán concebidos en el futuro para reconstituir la existencia de otros personajes y revelar su sentido. Es menos un hombre de acción que un hombre de interrogación, una conciencia a partir de la cual emergen los significados de otras vidas. Esta concepción desarrollada progresivamente del héroe-detective como principio de la narración no es, por cierto, nueva, pero probablemente sí es mi mayor aporte a esta rama especial de la literatura.»

Todo esto nos obliga a continuar en enero del 2014 con Archer y Mac Donald, ¿no creéis?

La pasada sesión del miércoles 20, de nuevo con mucha asistencia de público, lo cierto es que tanto la película como la novela gustaron, excepción hecha de la pésima traducción al español del texto de la novela. Y excepción hecha de la tendencia casi siempre simplificadora de las tramas que podemos encontrar en los guiones de las novelas en que suelen basarse los guiones cinematográficos. Al menos, pese a alguna licencia discutible en el final abierto, el guión de la película en este caso es coherente.