Antonio Penadés
[382 págs.] Almuzara, Córdoba, 2015.
No voy a ocultar el carácter algo interesado de esta reseña crítica pero elogiosa, de un libro que no deja de merecerla por tratarse de la obra de un buen amigo mío, Antonio Penadés. En la mejor tradición de los libros de viajes de plumas que han creado escuela, desde Ryszard Kapuscinski a Javier Reverte, Penadés nos ha conseguido regalar un delicioso diario de ruta que efectúa, en la geografía del presente, las mismas andanzas que realizaron en el pasado el propio Heródoto y el gran rey Jerjes al frente de su infinito ejército invasor de la Hélade. Así, nos permite establecer un diálogo entre los escenarios y circunstancias actuales –que recorre en un viaje personal– y los de un pasado remoto que, sin embargo, está en los mismos fundamentos de nuestra cultura y nuestros valores actuales, y que nos conviene conocer y recordar.
Y mi referencia Kapuscinski y Reverte no son retóricas, ni de trámite, sino bien traídas ya que –como no se le escapa a Penadés– el maestro del periodismo Kapucinski tituló precisamente “Viajes con Heródoto” su primer libro, cuando la redacción de su periódico lo envió a la India como reportero, allá por los años 50, con la obra del padre de la Historia cómo único equipaje –aunque en España ha sido el último de sus libros traducido y publicado–, consiguiendo un extraño diálogo entre lo leído y lo vivido. Respecto a Reverte, su ajuste de cuentas entre su condición de testigo del presente y viajero del pasado en una geografía muy próxima a la elegida por Penadés, la encontramos en “Corazón de Ulises”, un libro que le lleva en un recorrido desde Itaca, el Peloponeso y las costas del Egeo hasta la costa oriental de Turquía y las orillas del mar Negro, estableciendo el mismo diálogo entre un ayer épico y un hoy real y lleno de vida. Y al igual que en el libro de Penadés, consigue reactualizar unos hechos y valores que están en nuestros genes. Bien que, pese a constituir referentes de la obra de Penadés, ésta tiene su propio ritmo y objetivos, ambos muy personales, como no puede ser de otra manera tratándose de un excelente trabajo.
“Tras las huellas de Heródoto” es la crónica de un viaje muy especial, pues más allá del riguroso recorrido por las antiguas ciudades de la Jonia, se trata un viaje espiritual e intelectual entre el enorme legado de los griegos antiguos y nuestra desmemoriada civilización actual. Un viaje que recomiendo encarecidamente realizar a mis lectores accidentales.