Nuestro próximo club de lectura (28/04/2016) va a reincidir en la lectura de una segunda obra de Francisco García Pavón después de El reinado de Witiza, de 1968, que es su primera novela policíaca larga. El libro que he elegido esta vez es de cuentos y relatos cortos: Nuevas historias de Plinio.
En nuestra anterior convocatoria os decía que Colmeiro, en su libro La novela policiaca española, señalaba que García Pavón fue consciente de inaugurar una tendencia prácticamente inédita en la literatura española: «lograr escribir historias policíacas auténticamente enraizadas en su tierra, capaces de combinar equilibradamente la intriga policíaca con el rigor artístico». Y que pese a los intentos de remontarse a Pedro Ruiz de Alarcón, la Pardo Bazán o Mario Lacruz, para dar cierto pedigree a la tradición española de narrativa policial, la crítica ha venido considerado a Pavón como el primer auténtico novelista policíaco español, porque en España no había más que una tradición imitativa de la novela policíaca extranjera en obras teatrales o en colecciones populares de kiosko. Para Colmeiro, el balance de la obra de Pavón es en conjunto positivo y la pregunta que se hace es por qué ha sido tan radicalmente olvidado por los lectores y escritores actuales españoles de «novela negra». Yo tengo mi hipótesis y no es buena.
La discusión que se suscitó con respecto a nuestra primera lectura de Pavón puede resumirse brevemente: rechazo casi visceral de la novela y los ambientes descritos por parte de una pequeña minoría, y reconocimiento de los méritos de la obra por parte de la mayoría. Que las opiniones estén divididas no solo es natural sino incluso deseable, casi todos reconocieron la buena prosa y certera descripción de ambientes y personajes de la pluma de Pavón. Incluso los inclinados a valorarlo, entre los que me cuento, reconocimos una cierta ligereza en la trama de la novela, con delitos y criminales de poco fuste. Pero me sorprendió la radicalidad del rechazo de algunos: ¿se denostaba la literatura o lo que ésta relataba y describía? ¿No hemos pedido siempre al género realismo y verosimilitud? ¿No cumplía Pavón estas reglas? ¿O lo que no gustaba es que las cumplía en exceso? ¿Es por la misma razón que no gustó a algunos que se le ha olvidado? De cualquier forma, pese a la nutrida asistencia en un día prevacacional y a la apasionada discusión, Pavón merece otra oportunidad.
Las Nuevas historias de Plinio se divide en dos partes. En la primera parte están algunos de sus primeros relatos: El Quaque (cuento originalmente publicado en 1965, en ‘Las campanas de Tirteafuera’); Los carros vacíos (publicada ya como novela independiente en 1965) y Los jamones (cuento originalmente publicado en 1965, en ‘Los liberales’). En la segunda parte algunos de sus últimas historias: El huésped de la habitación número cinco; El caso de la habitación soñada; Echaron la tarde a muertos; Las desilusiones de Plinio y Muerte y blancura de Baudelio Perona Cepeda.