Manuel Vázquez Montalbán: Los Mares del Sur

losmaresdelsur-montalbanAlguna vez es también interesante seguir los planes trazados, y después del éxito de Maj Söjwall y Per Wahllöö y sus esforzados policías de Estocolmo (tan lejos del tópico y corrupto policía americano de los 30 y los 40) debemos quedarnos en Europa y echar un vistazo a lo que estaba empezando a pasar en España. Aquí, tras el franquismo, los policías iban a tardar unos cuantos años en aparecer como protagonistas de una novela criminal (o negra) pese al honrado intento de García Pavón de adaptar el género a la castiza realidad española del tardofranquismo. Y lo mismo iba a pasar en Francia e Italia, bien sea por la resaca del colaboracionismo o por la del fascismo. La Europa latina no se había reconciliado con sus fuerzas policiales.

Nuestro autor elegido, Manuel Vázquez Montalbán, es uno de los maestros del arte de escribir y de un género, el criminal, que personalmente jamás creyó que se escribiera en serio en España. Pero una cosa es lo que uno cree y otra lo que uno hace bien, mal que le pese. Supongo que Montalbán nunca tuvo intención de ser uno de esos escritores de novela policíaca, criminal o negra. Y no lo digo yo, lo dice él mismo refiriéndose a su invención de Carvalho en 1972: “Era una época bastante difícil, ya que el franquismo parecía eterno y teníamos la impresión de que nada cambiaría. Como fruto de esta sensación escribí Yo maté a Kennedy. Aquella novela refleja un mundo irreal que venía de la empanada mental que vivíamos. Allí cabía todo: poemas, textos de vanguardia, influencia del cómic y del cine… Era un maremágnum que reflejaba la descomposición de la novela que creíamos que estábamos viviendo”. (Entrevista de Xavier Moret, en EL PAÍS del 19/2/1997.) A fin de cuentas, por entonces, la literatura española andaba liada con ese tema de las vanguardias artísticas y la censura franquista, perdida en el sinsentido de su ridícula existencia: “Yo maté a Kennedy tenía que publicarse en Seix Barral, pero la censura se mostró implacable. Carlos Barral me aconsejó que la llevara a Planeta, que tenían más mano con la censura. Así lo hice y el único cambio que me impusieron fue el de sustituir ‘cuerpo’ por ‘carne’ cuando hablaba de una señora estupenda.” (Entrevista por Xavier Moret, en EL PAÍS del 19/2/1997.)
Y lo repite con la novela que tras la patochada de Yo maté a Kennedy, inicia su producción de narrativa criminal:Tatuaje: “A principios de los setenta vivíamos en una dictadura literaria: o escribías como Juan Benet o no eras nadie. A los jóvenes se les exigía que escribieran el Ulises. El resto eran subliteraturas. Un día, en plena euforia etílica con mi amigo José Batlló, nos burlábamos de la literatura de vanguardia y él me desafió a escribir una novela de guardias y ladrones. Acepté el reto y escribí Tatuaje en 15 días. La crítica la recibió fatal y me acusaron de lanzarme a un suicidio profesional, a una operación comercial. Hacer una novela de detectives en el rigor mortis de la cultura española de la época era horroroso. Para mí, sin embargo, era una novela experimental, ya que Carvalho no era un detective al uso. Vivía con una puta, quemaba libros, era ex comunista y ex agente de la CIA.” … “Yo maté a Kennedy no fue ningún éxito, ni Tatuaje…”(Entrevista de Xavier Moret, en EL PAÍS del 19/2/1997).

Por si no pecaba lo suficiente con todo ello (que le oí contar personalmente sin el más mínimo rubor), fue también  guionista de la película Tatuaje basada en la novela, dirigida en 1976 por Bigas Luna e interpretada por Carlos Ballesteros en el papel de Carvalho, Pilar Velázquez en el papel de Charo y Mónica Randall en el papel de Teresa Marsé.

Aunque os envío estas dos novelas, Yo maté a Kennedy y Tatuaje, para aquellos que no las hayáis leído, por deferencia con los compañeros del Jordi que vienen a mi otro Club de Lectura en Matisse, os propongo que leamos una de las mejores novelas de la serie Carvalho: Los mares del Sur.

Todo ello el miércoles 17 de mayo.