
PROGRAMA DEL III ENCUENTRO DE SOSPECHOSOS HABITUALES DE LA NOVELA Y EL CINE NEGROS

Actividades que organizo o en las que participo: tertulias, talleres, presentaciones…
Después de nuestra agradable reentrée, en la que hemos rematado sin las facilidades de una película a un escritor controvertido como Chester Himes, que pese a su peculiar estilo caótico no resulta fácil de dejar de leer y de disfrutar, nos toca volver a cruzar el charco y ver qué era lo que estaba pasando en Europa. Y la renovación de la novela policíaca (o si somos rigurosos, de la narrativa criminal en forma de tal) se produce en el gran norte escandinavo, y se va a quedar allí casi desde entonces. Simenon no puede hacer olvidar su condición de escritor de derechas (brillante y realista, incluso crítico) pero con un pasado tenebroso; los españoles se van a debatir entre la imitación de la novela negra americana (Reverte, Madrid), su epifanía (Vázquez Montalván) o la adaptación al costumbrismo (García Pavón); los franceses entre la novela política de izquierdas (Manchette) y el psicodrama de suspense (Narjenac & Boileau, inspiradores del Vértigo de Hitchcock); los italianos entre la ruptura de Servanenko y el estilismo de Giovanni; los ingleses aferrados al formalismo de P.D. James… Es entonces cuandoen 1965 aparece una pareja de periodistas suecos, Maj Söjwall y Per Wahlöö, que publica una novela: Rosseanna… El cadáver de una chica aparece en Estocolmo cuando se draga un canal… Nadie la ha echado de menos, nadie conoce su identidad, no hay presión mediática ni policial por resolver el asunto, sólo la tenacidad de un policía sin cualidades ni atractivos especiales, un hombre normal, incluso algo gris, con problema familiares de lo más vulgares, Martin Beck. Desde ese año, las traducciones de las novelas de Maj Söjwall y Per Wahlöö se multplican, y con el certificado de calidad sueco los países del sur de Europa (incluida Francia) empiezan a contemplar la posibilidad de que existan policías con el mismo nivel de honradez y heroicidad anónimas que periodistas, detectives privados, abogados o jueces. El patrón de la novelística criminal europea (la americana ya lo ha hecho a su modo por ejemplo con Chester Himes) cambia y acepta las comisarías de policía como algo más que un escenario sórdido…
La novela elegida para leer este mes es, desde luego Rosseanna, pero también podéis probar, además, con otra que os aconsejo por su poder hipnótico: El hombre en el balcón.
Si tenéis alguna duda sobre lo que os digo podéis leer los prólogos a ambas novelas de dos escritores poco sospechosos de mediocres y desde luego nada de ingratos: Henning Mankell y Jo Nesbo. Ambos reconocen la deuda con los dos periodistas suecos. Desde luego, la tienen. Y no hubiera importado que no hubieran sido conscientes de ello.
Os espero a todos el próximo miércoles 28 de octubre en Matisse (C/ Campoamor, 60, www.salamatisse.es) a las 8,15 para compartir nuestras opiniones acerca de estas dos novelas, o al menos, de la primera de ellas. Espero que las disfrutéis.
En nuestro próximo club nos toca leer la novela de David Goodis: Dark Passage (La senda tenebrosa) escrita en 1946, su segunda novela y disfrutar de la película que la Warner Bros adaptó de la mano del director Delmer Daves, con Humphrey Bogart y Lauren Bacall como actores principales en 1947 con el mismo título, y que se convirtió en uno de los típicos films del cine negro.
La semana pasada ya tuvimos ocasión de comentar otra de sus novelas: Disparen sobre el pianista, y aunque no pudimos ver la película de Truffaut por problemas técnicos, sí que tuvimos una muy viva discusión en torno a la novela de Goodis y su no tan pesimista filosofía de la vida.
Recomiendo también si tenéis tiempo que leáis otra de sus novelas más importantes: La calle sin retorno, de 1954, que os adjunto en formato ebook por si os apetece leer.
Y os recuerdo a todos que esta semana estará ultimado el programa especial para despedir el curso en junio y que hemos pensado desplazar al fin de semana 19-20-21 y que bajo el título: I Encuentro de sospechosos habituales de la novela y cine negros,podremos disfrutar entre el viernes 19 de junio y el domingo 21 en una hermosa casa rural de Fanzara y dedicar a pasear, comercio y bebercio sanos y ver cine negro. Os lo remitiré para que vayáis haciendo vuestras reservas, no os lo perdáis aunque no hayáis venido hace tiempo al club (o no hayáis venido todavía o hayáis dejado de venir…) porque habrá sorpresas y será muy interesante.
Es inevitable admitir que la lectura de esa segunda hornada de escritores americanos de novela negra -no puede hablarse todavía degeneración- está convirtiendo a nuestro club de lectura en una auténtica tertulia de debate, cada vez más encendido. Y es que Jim Thompson no suele dejar indiferente a los lectores que lo descubren por primera vez (y por segunda, añadiría en mi caso). Con David Goodis os aseguro que va a ocurrir lo mismo.
Hay dos obras imprescindibles de Goodis, al menos en una primera aproximación: Dark Passage (La senda tenebrosa) escrita en 1946, su segunda novela y coincidente con su producción a destajo de historias “quiosco”; y Down There, escrita en 1956, también conocido como Shoot the Piano Player (Disparen sobre el pianista y Música en el fango).
De ambas obras hay dos notables películas: Warner Bros adaptó la primera al cine de la mano del director Delmer Daves, con Humphrey Bogart y Lauren Bacall como actores principales. Años después, en 1963, el canal de televisión ABC empezó a emitir el programa de televisión The Fugitive, la historia de Richard Kimble, un doctor que había sido injustamente juzgado de asesinar a su esposa. Kimble posteriormente escapó y empezó la búsqueda del “hombre de un brazo”, la persona que él creía ser el verdadero asesino. Muchos recordamos perfectamente esa serie mítica que pudimos ver en nuestra TVE en blanco y negro. Goodis indicó que The Fugitive estaba basado en su novela Dark Passage y en 1965, demandó a United Artists-TV y a ABC por 500.000 dólares. Tenéis toda la historia en las dos biografías que os adjunto en un doc.
La segunda novela, Disparen sobre el pianista, también tiene una adaptación al cine de la mano de François Truffaut en 1960, magnífica película. El filme tuvo éxito, pero pocos repararon en el nombre del autor norteamericano. Es un filme muy deTruffaut, imaginativo y poético, pero donde está ausente el mundo asfixiante de Goodis.
Por tanto, vamos a optar en primer lugar por leer esta novela: Disparen sobre el pianista, que tenéis publicada en RBA (y obtenible deocasión dos euros) , y dejaremos para mayo la segunda (primera cronológicamente): la senda tenebrosa, que gozaremos junto a la película de Bogart y Bacall, de factura más clásica y fiel a Goodis.