Jorge M. Reverte: Gálvez entre los leones

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Es curioso como se valoran a veces los escritores y sus novelas. Y hay que tener muy en cuenta esa valoración si somos capaces de separar en las mismas qué parte se debe a las expectativas creadas y qué parte a los logros literarios o, más humildemente, ficcionales del autor. Si las expectativas no son excesivamente altas y el trabajo literario conserva cierto músculo, el autor es valorado. En caso contrario, el resultado puede ir del éxito sorprendente al injusto desdén. Por eso casi siempre prefiero traer al club a escritores desconocidos o que han pasado sin pena ni gloria. Casi siempre, aunque siempre hay excepciones, dejan un buen sabor de boca (como sucedió con Jim Thompson o David Goodis o William Irish…) Pero las expectativas demasiado optimistas suelen traer decepciones (como sucedió con la primera novelas de Hammett, o con las primeras de Simenon, e incluso con el mismísimo Poe al comienzo de nuestro club). 
 
Jorge M. Reverte ha tenido esa mala suerte y no se la merece aunque ha tenido sus defensores.Demasiado para Gálvez es sin duda una novela menor (amén de primeriza) que intenta trasladar en clave humorística casi todas las claves del género negro americano a la España convulsa de la transición. El fallo está en que cuando la leemos, la visualizamos en color en lugar del inimitable blanco y negro del cine clásico. No tan cruelmente como algunos denostaron a Pavón, pero desde la misma fibra estética, es difícil perdonar a Reverte su fidelidad a la caña y a la tortilla de patatas, sus bromas autocompasivas reiterativas y su cóctel no tan caprichoso, de corrupción, matones, grapos y atentados… Pero eso no quiere decir que podamos pasar por alto que es, y de forma más leal que Juan Madrid que sigue escribiendo cosas cada vez más raras, el único escritor que ha mantenido ese registro literario durante más de cuarenta años. Así que nuestra próxima novela para leer será Galvez entre los leones, antes de enfrentarnos al auténtico monstruo de nuestro cuarteto de escritores españoles: Manuel Vázquez Montalbán, que aunque ejerció de maestro hispánico de la versión española del género, en realidad, lo hizo casi por accidente y nunca creyó en él. Era demasiado intelectual para tal cosa.
 
De Jorge M. Reverte lo que más me gusta son las tres «haches» de su estilo: su honestidad, su humildad y su humor… Honestidad en la elección de los personajes y los temas o argumentos. No hay tipos excesivos (ni excesivamente atractivos, ni excesivamente perdedores, ni excesivamente malvados…); ni tramas inverosímiles (un escándalo financiero y un tipo que quiere silenciar bocas, un ejecutivo que se escapa con su amante y quiere borrar sus huellas tras la polvareda del impuesto revolucionario… -y aquí patina con una chica demasiado peliculera, Sara-, etc.) Su humildad, porque Gálvez es un personaje creíble en su insignificancia y en sus recursos, en sus miedos y sus arranques, y sus trapisondas huyen de la épica como los gatos del agua, lo mismo que sus otros personajes. Esta humildad de Reverte encierra un magisterio: la novela negra, en cuanto trama realista, no necesita de Bogarts y Bacalls, usted mismo puede verse enredado (¿recuerdan a Cornell Woolrich en La mujer fantasma?) sin comerlo ni beberlo. El mismo magisterio de Pavón, revelando el inesperado escenario del crimen en un pueblo manchego (que para el lector ingenuo es más exótico que el famoso Asesinato en Puertomarte de Asimov). ¿O es que no puede haber crímenes en Tomelloso, o, pongamos por caso en Valencia, como reivindicamos los del Valencia criminal hace unos pocos años? Y por último su humor, que es el rasgo que en su primera novela al menos no acaba de cuadrar pese a su frescura y a otorgar a sus novelas del tono que más les cuadra. Pero que empieza a encontrar su ajuste en Gálvez en Euskadi y… espero que las otras y en su última novela. Ver a Gálvez reducido a la condición de periodista de «revistas de tanatorio» no deja de ser toda una promesa… Veremos.
 
Hasta el próximo miércoles 26 de octubre a las 8,15 en Matisse, como siempre  (www.salamatisse.es)

Jorge M. Reverte: Demasiado para Gálvez

Nuestro próximo club de lectura (28/09/2016) se va a ocupar de la serie del personaje 9788467024685creado por Jorge M. Reverte, Gálvez, y vamos a empezar por leer el primero: Demasiado para Gálvez, que tiene además una adaptación cinematográfica con el mismo título que podemos disfrutar también si la película está en el mercado.

Jorge M. Reverte es, sorprendentemente y más que Juan Madrid, el escritor que ha sido más fiel a ese hermoso intento por parte de los escritores españoles de adaptar los cánones de la novela policial americana a las circunstancias españolas. Sus novelas, de la primera a la última recorren los cuarenta años que van desde el tardofranquismo y la transición hasta la actualidad, y podrían servir de crónica literaria y social de nuestro país durante todo ese periodo. Vázquez Montalbán, que de algún modo ejerció alguna especie de magisterio generacional sobre el resto, nos dejó hace unos años con una novela, Milenio, que ni siquiera simulaba ser negra o policíaca o como lo queráis llamar, Juan Madrid ha estado patinando con sus últimas novelas (Pájaro en mano, Adiós Princesa…) hacia las afueras del género, y Andreu Martín, otro fiel representante de ese empeño literario, ha tocado diversos palos temáticos e incluso se ha salido del género con obras bien logradas pero discutibles (pienso en Bellísimas personas, del 2000, o en Cabaret Pompeya del 2011), amén de una muy prolífica producción de historietas, literatura infantil, etc.

Al cuarteto en conjunto se le debe un indudable logro: realizar de modo convincente y con solvencia literaria esa tarea tan imposible en apariencia como hacer que escritores y lectores españoles se tomaran en serio el género policial desde los cánones (franceses) de la novela policial americana clásica de la Edad de Plata. A Jorge M. Reverte se le debe otro logro muy personal (que Eduardo Mendoza también consiguió a su modo, aunque quedando en lo márgenes del género por voluntad propia), que no es otra cosa más que crear un personaje y unas historias llenas de humor, no siempre amargo, además, y esto es algo muy de agradecer.

Para no alargarme, simplemente recordaros que la novela que analizaremos a fondo será la primera: Demasiado para Gálvez, y que en la siguiente entrega nos las veremos con la última: Galvez entre los leones, y que además de la breve reseña biobibliográfica que os adjunto os voy a enviar todas sus novelas para que las disfrutéis este verano, que hay tiempo para leer con placer y con calma (aunque sea en un eterno viaje de avión a las antípodas como será mi caso). Leedlas en orden si os animáis a ello, creo que vais a disfrutarlas.

Juan Madrid: Regalo de la casa

Nuestro próximo club de lectura (29/06/2016) continuará nuestra visita al mundo narrativo29x9a49 de Juan Madrid, al que seguirán en septiembre Jorge Martínez Reverte, Manuel Vázquez Montalbán y Andreu Martín, hasta completar el cuarteto de escritores españoles que intentaron continuar con la novela negra y adaptarla a las circunstancias de la realidad española de los años 70 y 80. ¿Una traslación de reglas copiadas de los americanos o algo más?

Respecto a nuestro primer invitado, Juan Madrid, justo es decir que Un beso de amigo contó con una generalizada aprobación, aunque tampoco despertó entusiasmos excesivos. En fin, una faena correcta con una oreja y vuelta al ruedo, entre algunos pitos, como premio. Veremos si su siguiente novela elegida por recomendación de Miguel: Regalo de la casa, es tan redonda como dicen. Yo, para quien pueda y tenga tiempo, recomiendo también la lectura de Nada que hacer, pero solo como complemento para poder centrar nuestros comentarios en la primera.

II Encuentro de Sospechosos Habituales de la novela y el cine negros

Llega nuestro próximo II Encuentro de Sospechosos Habituales de la novela y el cinenegros (17/06/20), que será el fin de semana del 17,18 y 19 de junio en Fanzara, y como ya comentamos en nuestro pasado club versará sobre la continuidad del Cine Negro después de Sed de mal, la película de Orson Wells que según los puristas cierra la historia del Cine Negro Clásico, en formato de blanco y negro. Pero hay dos películas rodadas en color y posteriores que cuestionan esta idea, una es Chinatown, película dramática de 1974 dirigida por Roman Polanski y protagonizada por Jack Nicholson, Faye Dunaway y John Huston, que ganó el Oscar (Robert Towne) al Mejor Guion Original. Que el propio Huston, que dirigió El halcón maltés en 1941 (dando casi origen al cine negro), protagonice esta secuela podría cuestionar que se tratara de una secuela y hablar en favor de la continuidad del género fílmico. La otra película que cuestiona el fin del cine negro es A quemarropa, dirigida en 1967 por John Boorman y protagonizada por Lee Marvin y Angie Dickinson, basada en la novela The Hunter de Donald E. Westlake (traducida como Parker y como A quemarropa en español). Entre cócteles dirimiremos el asunto y visionaremos ambas películas.II Encuentro de Sospechosos Habituales Narrativa Criminal (1)

Juan Madrid: Un beso de amigo

Nuestro próximo club de lectura (28/05/2016) va a continuar una pequeña temporada por bigestos lares patrios y a dedicar algunas sesiones a la lectura de los cuatro escritores que intentaron adaptar la novela criminal americana clásica de la edad de plata a la realidad española de los setenta y los ochenta, si bien, en lugar de elegir como Francisco García Pavón el ambiente rural de una pequeña ciudad manchega de los años 20 y después de los 60 y los 70, en esta ocasión adaptarán las reglas del género a las grandes urbes hispanas: en concreto Madrid, Barcelona y Bilbao. Se trata de Juan Madrid, Jorge Martínez Reverte, Manuel Vázquez Montalbán y Andreu Martín. Valencia, por entonces no existía como escenario ni remotamente relacionado con la poética de la narrativa policial en la misma época en que el Bilbao de Reverte parecía casi más convincente que las grandes Madrid o Barcelona.

Sin olvidar ni la originalidad, ni la calidad literaria, de García Pavón, resulta obvio que estos cuatro escritores tuvieron más fácil trasladar las reglas de la novela negra de Los Angeles o San Francisco a las grandes urbes españolas y que lo hicieron con más eficacia. Toda vez que esta estética ya venía filtrada por las publicaciones y artículos de los intelectuales franceses que había ido descubriendo a los espontáneos creadores americanos y por tanto cargada de determinados valores sociales y políticos «críticos· con el sistema capitalista, con los estados burgueses y con los ambientes de corrupción moral de las clases burguesas… Cuestiones todas ellas muy marginales en la estética de los narradores americanos originales. En realidad, como ya ocurriera con los escritores detectivescos británicos y los americanos, el que fueran coetáneos no era más que un mero accidente, vivían en mundos diferentes, como era diferente el mundo de Pavón y el de cualquiera de los cuatro citados, o era diferente el mundo de Simenon y el de Sojwall y Wallöö. Mismos años, épocas distintas…

Nuestro primer invitado es Juan Madrid, en mi cada vez menos modesta opinión, tal vez el mejor de todos por la simple razón de ser también el que creía más sinceramente en el género policial entendido como novela negra y testimonio crítico de la sociedad contemporánea, aunque siempre he creído que sus logros han sido más profundos que sus intenciones y tienen por tanto el mérito añadido de lo inintencionado y lo accidental. Y para entender a Juan Madrid lo mejor es empezar por el principio, por su personaje más logrado, Toni Romano, y su primera novela: Un beso de amigo.

Francisco García Pavón: Nuevas historias de Plinio

Nuestro próximo club de lectura (28/04/2016) va a reincidir en la lectura de una segunda obra de nuevas-historias-de-plinio-mult-1415458891Francisco García Pavón después de El reinado de Witiza, de 1968, que es su primera novela policíaca larga. El libro que he elegido esta vez es de cuentos y relatos cortos: Nuevas historias de Plinio.

En nuestra anterior convocatoria os decía que Colmeiro, en su libro La novela policiaca española, señalaba que García Pavón fue consciente de inaugurar una tendencia prácticamente inédita en la literatura española: «lograr escribir historias policíacas  auténticamente enraizadas en su tierra, capaces de combinar equilibradamente la intriga policíaca con el rigor artístico». Y que pese a los intentos de remontarse a Pedro Ruiz de Alarcón, la Pardo Bazán o Mario Lacruz, para dar cierto pedigree a la tradición española de narrativa policial, la crítica ha venido considerado a Pavón como el primer auténtico novelista policíaco español, porque en España no había más que una tradición imitativa de la novela policíaca extranjera en obras teatrales o en colecciones populares de kiosko. Para Colmeiro, el balance de la obra de Pavón es en conjunto positivo y la pregunta que se hace es por qué ha sido tan radicalmente olvidado por los lectores y escritores actuales españoles de «novela negra». Yo tengo mi hipótesis y no es buena.

La discusión que se suscitó con respecto a nuestra primera lectura de Pavón puede resumirse brevemente: rechazo casi visceral de la novela y los ambientes descritos por parte de una pequeña minoría, y reconocimiento de los méritos de la obra por parte de la mayoría. Que las opiniones estén divididas no solo es natural sino incluso deseable, casi todos reconocieron la buena prosa y certera descripción de ambientes y personajes de la pluma de Pavón. Incluso los inclinados a valorarlo, entre los que me cuento, reconocimos una cierta ligereza en la trama de la novela, con delitos y criminales de poco fuste. Pero me sorprendió la radicalidad del rechazo de algunos: ¿se denostaba la literatura o lo que ésta relataba y describía? ¿No hemos pedido siempre al género realismo y verosimilitud? ¿No cumplía Pavón estas reglas? ¿O lo que no gustaba es que las cumplía en exceso? ¿Es por la misma razón que no gustó a algunos que se le ha olvidado? De cualquier forma, pese a la nutrida asistencia en un día prevacacional y a la apasionada discusión, Pavón merece otra oportunidad.

Las Nuevas historias de Plinio se divide en dos partes. En la primera parte están algunos de sus primeros relatos: El Quaque (cuento originalmente publicado en 1965, en ‘Las campanas de Tirteafuera’); Los carros vacíos (publicada ya como novela independiente en 1965) y Los jamones (cuento originalmente publicado en 1965, en ‘Los liberales’). En la segunda parte algunos de sus últimas historias: El huésped de la habitación número cinco; El caso de la habitación soñada; Echaron la tarde a muertos; Las desilusiones de Plinio y Muerte y blancura de Baudelio Perona Cepeda.

Francisco García Pavón: El reinado de Witiza

En nuestro próximo club de lectura vamos a volver a nuestra piel de toro y a fechas muy
libro_big_118próximas a esos años cincuenta en que Mario Lacruz publicó una de las escasísimas novelas de tema criminal de la literatura española, El Inocente. Obra que le debía más a Camus en su estilo que a Doyle, Hammett o Simenon, juntos o por separado. Justo fue en 1953, cuando se publicaba esta novela, el momento que Francisco García Pavón eligió para hacer su primera incursión en el género policíaco con un cuento que ganó el premio de la revista literaria Ateneo y dar vida a su peculiar personaje: «De como el Quaque mató al hermano Folión y del curioso ardid que tuvo el guardia Plinio para atraparlo». La buena acogida de este relato hizo que el escritor manchego publicara otras muchas obras (cuentos, novelas cortas y novelas) centradas en las aventuras de Plinio y su «Watson» particular, don Lotario, veterinario en lugar de médico, y en el ambiente de un poblachón manchego, muy representativo de esa España rural que empezaba a agonizar (y a desaparecer) a consecuencia de la modernización de los años sesenta y setenta. Dice Colmeiro en su libro La novela policiaca española, que García Pavón fue consciente de inaugurar una tendencia prácticamente inédita en la literatura española: «lograr escribir historias policíacas auténticamente enraizadas en su tierra, capaces de combinar equilibradamente la intriga policíaca con el rigor artístico». Y añade Colmeiro que pese a los atisbos de la Pardo Bazán o Mario Lacruz, la crítica ha venido considerado a Pavón como el primer auténtico novelista policíaco español, porque es España no había más que una tradición imitativa de la novela policíaca extranjera (bien de la inglesa, bien de la americana) en obras teatrales de preguerra o en colecciones populares de quiosco de postguerra. Colmeiro se entretiene en hacer una penetrante valoración de la abundante obra de Pavón que pondera logros y defectos, pero que resulta en conjunto positiva. La pregunta es por qué ha sido tan radicalmente olvidado por los pergeñadores actuales de eso que llaman los escritozuelos actuales españoles «novela negra». Yo tengo mi hipótesis y no es buena.
Llevábamos casi tres años sin volver a España y ya era hora de volver a cruzar el charco. Nuestra novela a leer de Pavón será «El reinado de Witiza«, de 1968, que según palabras de Colmeiro es su primera novela policiaca larga, en que se «desarrollan plenamente las características de su saga policíaca que hasta entonces estaban en fase embrionaria». Comprobaremos con placer si es así y qué tal ha resistido su lectura el paso del tiempo. Si os gusta no descarto visionar algún capítulo de la serie televisiva que lo llevó a la pequeña pantalla con tanto éxito de público como de inminente anuncio de su desaparición en el mundo del libro.
Os espero a todos en nuestro próximo club.

Charles Williams: La larga noche del sábado

Pese a la relativa división de opiniones con que disfrutamos en nuestra última tertulia, en que la mayoría nos inclinamos por las cualidades narrativas de Charles Williams y por su adscripción a la narrativa criminal realista americana, el próximo club lo dedicaremos a otra de las novelas de este poco conocido autor que sin embargo ha sido llevado al cine muchas veces, tal vez porque quienes calificaron la temática de Williams de «romántica» o «amorosa» tengan un poco de razón, sin con ello negarle una posición de pleno derecho en la narrativa criminal, y en la perspectiva de las historias «tough», al estilo de un James Cain o un David Goodis. 
Confidencialmente tuya
La novela elegida para el 25 de febrero es «La larga noche del sábado», de la que por fortuna disponemos de un versión cinematográfica nada menos que de François Truffaut y, como siempre que profundizamos en algún escritor y en su relación con el cine negro, nos llevamos sorpresas y además, agradables. «Vivament le dimanche» es el título con el que Truffaut adapta la «Larga noche del sábado» de Charles Williams («Confidencialmente tuya», en la versión española), pero no es una de sus excelentes películas más, es su título póstumo. Y que esto ocurra precisamente con esta novela no deja de ser curioso. Precisamente, algunos críticos relacionan esta película de Truffaut con otros títulos del autor llevados al cine como «The hot spot» de Dennis Hooper, basada en su novela «Labios ardientes» o la más reciente «Dead Calm» de Phillip Noice, basada en la novela «Calma Total», que Orson Wells ya llevó al cine con el título de «The Deep», y otros escritores que ya conocemos  como James Cain y David Goodis, cuyas novelas adaptadas al cine constituyen una especie de subgénero erótico (¿romántico?) dentro del género criminal que tuvo cierto éxito en una época concreta del cine negro. ¿Sugerente, verdad? Seguro que podremos discutirlo.

Charles Williams: El arrecife del escorpión

Nuestro autor elegido para el día 27 de enero es, como os anuncié en nuestro último club, Charles Williams. Un escritor muy desconocido en España incluso para los lectores avezad51428214os en la novela negra americana, aunque algunas de sus obras fueron llevadas al cine e inspiraron clásicos del cine negro como Calma Total. La obra que vamos a leer es El arrecife del escorpión, de 1955. No es una obra fácil de encontrar en bibliotecas o librerías, aunque sí que podéis pedirla por internet (y en Amazon y Casa del Libro también).
He recopilado toda la información plausible que he rastreado en internet, cosa nada fácil por la homonimia de nuestro Charles con otro escritor y poeta británico, amigo de  J. R. R. Tolkien y de  C. S. Lewis, con quienes compuso un trío que tomó por nombre los Inklings (inspirado en la Saga de los Inglingos, de Snorri Sturlusson, una de las más antiguas sagas islandesas). Como podéis imaginar, a parte del nombre, no pueden ser escritores más distantes en temática y estilo.
Hay una biografía de Charles Williams de un escritor español, Hernán Migoya, que obsesionado con dicho autor desde que leyera a los 12 años su novela El arrecife del escorpión, decidió con 25 años viajar a Estados Unidos para rastrear la tumba de Charles Williams y rendirle tributo, cuyo título es La tempestad y la calma, os adjunto en PDF un interesante extracto de 12 páginas de dicha biografía. Hernán Migoya protagonizó un interesante escándalo en 2003 a cuenta de la corrección política y a raíz de una de sus provocadores e irreverentes libros, el libro de relatos, Todas putas, que pasó inadvertido hasta que su editora, Miriam Tey, fue designada directora del Instituto de la Mujer. La oposición (entonces el PSOE) cargó contra el gobierno por elegir a una persona que había editado un libro denigrante para la mujer. Uno de los relatos iba de un violador haciendo apología de su condición, un relato cargado de artilugios retóricos y omisiones históricas que hacen ver la situación del violador como algo digno de ser celebrado. A pesar del grado de violencia del texto, Tey logró no ser destituida ni Todas putas censurado.

Confieso que no he leído la novela y que desconozco prácticamente todo sobre el autor, por lo que será nuestro amigo Jerónimo García el responsable de presentar y contarnos todos los detalles acerca del escritor y su obra, y si nos gusta, no excluyo que en febrero disfrutemos además de una de sus novelas llevadas al cine, veréis información sobre ello en el material que he reunido acerca del autor.

Os espero a todos el 27 de enero en Matisse (www.salamatisse.es), como siempre.

 Un muy cordial saludo a todos

Maj Söjwall y Per Wahlöö: El policía que ríe

El pasado club fue para mí la confirmación del acierto de una actividad y, además, de acierto triple: por el constante aumento del número de asistentes desde hace ya más de un año (de una media de 12el-policia-que-rie-14 a una media de 20-24 personas); por la calidad intelectual de los aportes a nuestra tertulia de los asistentes (a veces propias de expertos) y por la calidez humana con que suelen desarrollarse nuestros clubs… La pasada sesión en que mi intención era traer a unos autores poco conocidos en España todavía, y siendo menos conocida aún su auténtica repercusión en el decurso de la narrativa criminal contemporánea, me sorprendió el hecho de -pese a no disponer de película que oponer a la novela- la discusión se alargara hasta casi las once de la noche y el tiempo pasara tan rápido.Dejando a un lado que algunos los conocíais perfectamente. 

En nuestro próximo club del día 25 de noviembre vamos a contraponer una versión cinematográfica norteamericana de la novela de nuestra  pareja de periodistas suecos, Maj Söjwall y Per Wahlöö, se trata de su cuarto libro: El policía que ríe, de 1968. Su trama es sorprendentemente moderna: «Mientras que toda la policía de Estocolmo está movilizada para hacer frente a una manifestación contra la guerra de Vietnam, dos de sus miembros descubren un autobús lleno de pasajeros masacrados con una pistola ametralladora. Entre las víctimas había un policía de la brigada de homicidios: Åke Stenström. Así comienza una de las mejores novelas de la serie en la que, además de la parte de investigación como de costumbre, Sjöwall y Wahlöö nos dan a ver impecablemente una Suecia, donde, bajo el disfraz de la democracia casi perfecta se ocultan las mismas infamias policiales y políticas que en cualquier otro lugar de Europa occidental».

La San Francisco ciudad desnudanovela es en mi opinión una de las mejores de Maj Söjwall y Per Wahlöö, y la película que traslada la acción a EE.UU.: San Francisco, ciudad desnuda de Stuart Rosemberg, de 1973, protagonizada por Walter Matheau, apunta una buena calidad por el conjunto de su filmografía. 

Este director casi olvidado , entre otras, dirigió la famosa película de Paul Newman: La leyenda del indomable y también otra que ya vimos interpretada por el mismo actor en el papel de Harper: Con el agua al cuello.

Tenéis una interesante crítica de esta novela en este enlace: La serie de Martin Beck.
 
Os espero a todos el próximo miércoles 25 de noviembre en Matisse (C/ Campoamor, 60, www.salamatisse.es) a las 8,15 para compartir nuestras opiniones y sugeriría que nos esforcemos en ser puntuales, porque es día de película