Las garras de la noche

garrasEL CLUB DE LECTURA DE NARRATIVA CRIMINAL del miércoles 26 de marzo en Matisse, a las 8,15.

Nuestro próximo autor a leer en nuestro Club de Lectura de Narrativa criminal el miércoles 26 de marzo (una semana después de lo habitual por las Fallas) es Cornell Woolrich, o si lo prefieren:  William Irish.
¿La novela? Pues iba a ser La noche tiene mil ojos (de la que hay una versión cinematográfica con Edward G. Robinson), pero lo dejaremos para mejor ocasión y leeremos Las garras de la noche que tiene cuatro novelas cortas (o si lo preferís, relatos largos) y una introducción que merece la pena no perderse. Hay una edición de Alianza Editorial de 1986 que no será difícil conseguir  (y si vais al final del sitio a archivos, menos).

¿La razón? Hay muchas razones pero la principal es ampliar esa estrecha visión que hay acerca de la llamada “novela negra” americana, como hicimos al leer a W. R. Burnet y comprobar que junto a hard boiled story (o novela de detective), teníamos la crook story (o novela de delincuente), de la que era uno de los mejores iniciadores. Y aún nos queda por echar un vistazo a la tough story (o novela de criminal) que tendrá a Janes M. Cain como uno de sus ilustres iniciadores. Bien, pues Woolrich es uno de los pioneros de la novela de suspense, una de las corrientes del policial americano que tendrá más éxito en la narrativa criminal y en el cine negro. Incluso, una gran influencia en el éxito que el término “negro” tuvo en la calificación del género desde que se creó la famosa “Serie Noir” de Galimard, ya «que es interesante recordar que el concepto de «género negro» se debe al poeta francés Jacques Prévert, [amigo de Marcel Duhamel, traductor al francés de los primeros americanos] que acuñó el término de Série noire para definir un cierto estilo literario, son muchos los especialistas que indican que Prévert se inspiró en los títulos de las novelas de William Irish, donde el adjetivo negro está presente con obsesiva reiteración, como indica The Black Curtain [1941], Black Alibi [1942], The Black Angel[1943], The Black Path of Fear [1944] o Rendezvous in Black [1948]».
Ver enlace.

Además, Francisco Machuca, en una carta retórica a William Irish de 24 de mayo del 2013 se hacía una pregunta interesante cuya prosapia aprovecho para presentaros lo esencial de Woolrich: «Tú; Cornell Woolrich y más conocido por el seudónimo de William Irish, fuiste un maestro del suspense que dotaba a tus relatos de un ritmo febril, propiciado por el calculado despliegue de datos y por la duda en que muchas veces sumergías al lector; un escritor de cuya mente surgieron las pesadillas de las que después beberían postreros escritores y cineastas. Y sin embargo, tu nombre se pierde con frecuencia en los fríos datos, que reducen tu influencia en el Séptimo Arte a tres adaptaciones de tus obras: La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock (1954), La novia vestía de negro (1969) y La sirena del Mississippi (1969), ambas del gran François Truffaut.

»Cierto que éstos son los mejores filmes que se han hecho nunca de tus originales, pero no es menos cierto que tus novelas y relatos cortos fueron llevados al cine hasta en 26 ocasiones, y aunque algunos de ellos no están ni remotamente a la altura del original, otros cristalizaron en títulos tan interesantes como The Leopard Man, de Jacques Tourneur (1943); La dama desconocida, de Robert Siodmak (1944); Ángel negro, de Roy William Neill (1946) o Mil ojos tiene la noche, de John Farrow (1948), películas que abordaban temas como el de la carrera contra reloj para salvar a un hombre inocente o el del hombre común que acaba por convertirse en asesino, hoy recurrentes pero entonces completamente novedosos y originales.

»¿Por qué, entonces, no ocupas el puesto de honor que con frecuencia se reserva a William R. Burnet, Dashiell Hammett o James M. Cain? Quizá porque, siendo como eras un referente indiscutible para muchos cineastas del género negro y pese a contar en tus escritos con abundantes descripciones cinematográficas, no tuviste la suerte de que alguien hiciera una obra maestra partiendo de los relatos cortos que también dominabas (Hitchcock lo hizo con La ventana indiscreta, sí, pero ni en el cuento original está el mejor Woolrich ni cabe englobar esa obra en el género que te hiciera famoso)». Ver enlace.

La pasada sesión del miércoles 19 Mac Donald cosechó división de opiniones en principio. Pero tras la discusión se fueron  poniendo de relieve la cualidades del escritor y de su protagonista, Archer. Trama psicológica (una novedad en esta narrativa)

La piscina de los ahogados

La piscina de los ahogadosPRÓXIMO CLUB DE LECTURA DE NARRATIVA CRIMINAL del miércoles 18 de diciembre en Matisse, a las 8,15.

Nuestro próximo Club de lectura de narrativa criminal será el próximo miércoles 18 de diciembre, a las 8,15 de la tarde en la Sala Matisse (c/ Campoamor, 25) que sabéis tenemos reservada en exclusiva para nosotros. Tendremos película y una pequeña colación para celebrar el fin del año que se nos va, a discreción de lo que cada cual desee traer, así que se ruega puntualidad.
Nuestro autor a leer sigue siendo Ross Macdonald y la novela The Drowning Pool (1950): La piscina de los ahogados / La piscina mortal (adaptada al cine como The Drowning Pool (Con el agua al cuello), en 1975. Esta novela fue la siguiente que publicó después de la que leímos en nuestro último club: El blanco móvil, llevada al cine en 1966, por lo que aunque el actor Paul Newman interpreta a un Harper (alter ego de Archer) sólo un año más viejo, ya han pasado 9 años desde que protagonizó Harper, detective privado y será interesante comprobar si ha mejorado o no en la piel de Archer. Podéis encontrar la novela recién editada por RBA o buscar la versión de Martínez Roca de 1986 (tenéis enlaces de descarga al final de esta página en los archivos de Ross Macdonald).

A ninguno de nuestros contertulios se les escapó el evidente referente de Chandler y El sueño eterno que tanto novela como película tributan a sus respectivos antecedentes. Aunque el personaje de Macdonald se me antoja menos “duro” en el mal sentido de la palabra. Según el crítico francés Jean-Jacques Schleret, Archer «estaba inspirado directamente en Philip Marlowe (…), [pero] un Marlowe menos romántico, más real, más humano, más accesible a la piedad, palabra esta que se repite en aquellos libros». Un detective que se alejará de su modelo, Marlowe. Pero no ocurrirá todavía en La Piscina de los ahogados, habrá que esperar diez años, como nos recuerda el editor de Martínez Roca en 1986 citando las palabras del propio autor, cuando publica su novela The Doomsters (Los maléficos):

«En The Doomsters —confesó MacDonald—, dejé que mi detective Archer se criticara como un Tarzán mansamente interesado en una jungla mansamente paranoica. Esta novela marcó una ruptura neta con la tradición chandleriana, pues había necesitado varios años para digerirla y emanciparme de ella con el fin de poder desarrollar mi propio enfoque de los crímenes y de los sufrimientos de la vida… Aunque (Archer) sea un hombre de acción, sus actos y sus gestos estarán concebidos en el futuro para reconstituir la existencia de otros personajes y revelar su sentido. Es menos un hombre de acción que un hombre de interrogación, una conciencia a partir de la cual emergen los significados de otras vidas. Esta concepción desarrollada progresivamente del héroe-detective como principio de la narración no es, por cierto, nueva, pero probablemente sí es mi mayor aporte a esta rama especial de la literatura.»

Todo esto nos obliga a continuar en enero del 2014 con Archer y Mac Donald, ¿no creéis?

La pasada sesión del miércoles 20, de nuevo con mucha asistencia de público, lo cierto es que tanto la película como la novela gustaron, excepción hecha de la pésima traducción al español del texto de la novela. Y excepción hecha de la tendencia casi siempre simplificadora de las tramas que podemos encontrar en los guiones de las novelas en que suelen basarse los guiones cinematográficos. Al menos, pese a alguna licencia discutible en el final abierto, el guión de la película en este caso es coherente.

El blanco móvil

Blanco movilEL CLUB DE LECTURA DE NARRATIVA CRIMINAL del miércoles 20 de noviembre en Matisse, a las 8,15.

Nuestro autor elegido, Ross Macdonald, es uno de los novelistas seguidores de la senda abierta por Hammett y Chandler en la definición de la versión americana y realista del género criminal que se ha dado en llamar «novela negra».

Macdonald es un escritor en muchas cosas a la altura de los dos creadores clásicos del género que en América fue conocido como «hard boiled» (literalmente ebullición dura y traducible como historias de detective duras). Junto a estas, las historias tough (duras) manejaban el punto de vista del delincuente y permitían que  éste adquiriera el protagonismo criminal, aunque no fuera un delincuente profesional, como en El cartero siempre llama dos veces. Y en la crook-story (narración de delincuente), un pistolero o varios gángsters, como en El pequeño César o La selva de asfalto, eran los protagonistas. La variante tough llevará al subgénero de la psicología criminal, a través de escritores que indagan en los móviles del delito, como Jim Thompson o Patricia Highsmith.

La expresión novela negra no nacerá hasta que Marcel Duhamel titule en 1945 como Série Noire la primera colección de Gallimarddedicada a novelas en que según él: «se ven policías más corrompidos que los bandidos a los que se persiguen, (…) el simpático detective no siempre resuelve el misterio, (…) a veces no hay misterio; otras, ni siquiera hay detective, pero (…) queda la acción, la angustia, la violencia…»
Quede esto dicho para aquellos a quienes cuesta desprenderse de la expresión novela negra o pretenden extenderla a toda la trayectoria de la narrativa criminal. Una de las razones de este club de lectura es aprender a distinguir géneros, etapas y estilos.

Macdonald es el seudónimo de Kenneth Millar, cuya esposa Margaret Millar era una escritora de éxito, lo que le indujo a buscar el alias de Ross Macdonald, y empezó como escritor de historias pulp (como todos los clásicos del género en EE.UU.). Y su detective Lew Archer hizo su primera aparición en 1946 en la novela Find the Woman; y reapareció  en The Moving Target, en 1949. Esta novela, primera de una serie de ocho, formó el argumento principal del filme de Paul Newman: Harper, investigador privado (1966). Por tantoserá The Moving Target (El blanco móvil) nuestra novela elegida para estrenarnos con Macdonald y la película de Paul Newman para gozar de ese contraste entre novela y cine como fórmulas narrativas distintas pero íntimamente ligadas. Contraste que suscita apasionadas pero no fútiles discusiones como en nuestro último club en que la novela La prometida del sr. Hire de Simenon ganó por goleada a la película de Patrice Leconte: El sr. Hire, que también tuvo sus defensores. Veremos si ocurre lo mismo con Harper, alter ego cinematográfico de Archer.
Tenéis la opción de comprar el libro (hay muchas ediciones, la última es de RBA) o descargar esta novela en este vínculo.

Al final de esta página tenéis un archivo (Biografía Ross Macdonald) en formato de documento de word con toda la información sobre el autor, la obra y la película seleccionada, incluyendo una crítica que he encontrado muy inteligente de la misma. Os aconsejo que lo leáis.
Y para nuestro Club de diciembre ya tengo seleccionada otra novela de Macdonald que supuso un cambio importante en el personaje y en el autor. Pero lo dejo como sorpresa.

La pasada sesión del miércoles 23 de octubre ha sido otro éxito de público y de tertulia por la animadísima discusión que suscitó la comparación entre la película de

El asesino del canal

El asesino del canalNUESTRA LECTURA DE ENERO: PIETR EL LETÓN Y EL ASESINO DEL CANAL, DE GEORGE SIMENON.

Nuestra próxima lectura va a ser doble, dada la brevedad de los textos: Pietr el letón y/o El asesino del canal, de George Simenon, en mi opinión uno de los primeros escritores europeos de novela policíaca capaz no solo de seguir el género criminal con gran calidad desde este lado del Atlántico, sino también de renovarlo en un sentido muy similar a la renovación del género que desde los años 20 se estaba produciendo en América por parte de Hammett y Chandler. Y si las tramas tienen un aire distinto, es porque la sociedad es distinta de la americana.

De hecho, soy de la opinión de que la transformación del género criminal, anclado en el patrón detectivesco en Europa (lo que se conoce como la Edad de Oro) y algo acartonado pese a la frescura y calidad de algunos de sus cultivadores, se produce en paralelo en América y en Europa, y que Simenon es la clave de esta transformación acá. Si leéis la biografía de Simenon que tenéis en un doc. de word (expurgada de Wikipedia y algunas otras fuentes) al final de esta página veréis que se trata de un escritor polémico en algunos aspectos: mujeriego hasta la presunción, ambiguo políticamente (se le achacaron ciertas simpatías hacia la ocupación como al creador de Tintin, Hergé), caprichoso y antipático con la intelectualidad francesa, pero como escritor, no solo ha resistido el paso del tiempo, sino que sus novelas de Maigret
y de otros temas han mejorado como mejoran los buenos vinos en barricas de roble.

Simenon ha quedado fuera del patrón clásico de la llamada «novela negra» que acuñó Gallimard y la intelectualidad francesa de los años 50 y 60 por razones políticas, pero ocupa un lugar clave en esa tradición por mérito propio y además contribuyó decisivamente a desmentir algunos de los tópicos que se fueron creando en torno a la serie negra. De hecho, los suecos Maj Sjowall y Per Wahloo, cuando arrancan con sus primeras novelas en los setenta y crean al primer héroe realista y humano, policía de profesión, Martin Berg, no hacen nada que no hubiera hecho Simenon con su Maigret. Al menos, es un tema que merece la pena considerar.

Encontraréis los dos libros en formato epub en el mismo lugar que la biografía, siento no haberlos encontrado en PDF, aunque hay muchas ediciones baratas de esas y otras muchas novelas de Simenon en bolsillo, no hace falta humillar la testuz ante Tusquets.
Ya está confirmada la fecha del miércoles 30 en Matisse, a las 8,15, en la Calle Campoamor, 60. Tenéis toda la información en la página de Matisse: http://www.salamatisse.es
Enlaces: El País / Lecturalia

Respecto a nuestra última sesión con  Agatha Christie y su famoso Asesinato en el Orient Exprés, novela que pudimos comparar con una de sus mejores versiones cinematográficas, podemos sacar un par de conclusiones:
1) La novela cumple todas las reglas del Detection Club (y todas las invisibles reglas del género: universo cerrado de personajes y sospechosos; triunfo de la justicia en sentido moral, no legal; protagonismo del detective ante el crimen y la incapacidad de la justicia ordinaria, etc.), no sin presentar algunas debilidades argumentales que, curiosamente, el guión de la película resuelve magistralmente.
2) Tanto la novela como la película muestra una extraordinaria calidad dramática por la calidad del trazado de los personajes (y de la interpretación de los actores, en el caso de la película). Sin duda ambas, novela y película, constituyen un clásico imprescindible del género.

El misterioso caso de Styles

Aghata2Nuestra lectura de marzo 2012:  EL MISTERIOSO CASO DE STYLES, de Agatha Christie.

Antes que nada quería agradecer vuestra asistencia al Club de Lectura que cada día es más numerosa y lo que es mejor, fiel. Incluso alguno de los contertulios habituales que no han podido venir participan en la discusión por medio del correo electrónico. Podéis dejar vuestro comentario aquí abajo también.

Ya puedo confirmaros que la novela seleccionada por Belén Gómez Hidalgo, El misterioso caso de Styles, es efectivamente la primera que escribió Agatha Christie y la primera en que aparece Poirot. Os adjunto una biografía a caballo entre wikipedia y una web oficial de Agatha Christie cuya lectura os dará las claves de por qué empezó con tal personaje. Lo que más me ha gustado es ver la fecha en que se publicó: ¡¡¡1920!!! Para mí una auténtica revelación si pensamos en las últimas que escribió Conan Doyle y las primeras de Dashiel Hammet. La tenéis también disponible en doc. adjunto de word que he pasado a formato PDF junto a una biografía de la autora en word en los archivos adjuntos que hay más abajo.

Hay una buena discusión en ciernes si tenemos en cuenta todo lo que se ha escrito negativamente sobre Agatha Christie, pero esa novela hay que leerla primero y luego dictar sentencia. Respecto a Conan Doyle, el pasado Club arrojó una conclusión casi unánime que reproduzco en la pequeña discusión que sigue abajo: los relatos de Las Aventuras  de Sherlock Holmes mejoraron en mucho la impresión que nos había dejado Estudio en escarlata.

Agatha Christie resultó una lectura estimulante, incluso muy interesante aunque desde el punto de vista de la calidad de la trama criminal algo decepcionante. Resumir los matices de la discusión es difícil porque, aunque de una parte se apreciaba la exactitud y ligereza de la prosa y del estilo en cuanto a su capacidad de describir personajes y ambientes y relatar la acción con ritmo y eficacia, el argumento era innecesariamente retorcido y sofisticado para resultar verosímil. Siendo como era la primera novela de la celebérrima escritora, una de las grandes sin duda de la novela detectivesca clásica y de las más famosas continuadoras de la saga iniciada por Poe y Doyle de la quijotesca pareja de detectives, eultrasagaz el uno, testigo y narrador convencional el otro, resultaba decepcionante ver tan artificiosa trama de venenos y narcóticos, tazas del café y chocolate, tónicos cardíacos y relajantes para dormir como allí desfilaban.
A favor, destacar la potente aparición de Hastings y Poirot, aunque fue en la maldita casa ilustre de la campiña inglesa.
Para vuestro alborozo, adivinidad que lectura nos espera después de vacaciones de Pascua, el míercoles 18 de abril: COSECHA ROJA de Dasshiell Hammett. Como ya dije, la primera edición es de 1927, apenas seis años después de la publicación de EL MISTERIOSO CASO DE STYLES de Agatha Christie, sin embargo para un siglo después. ¿O no?